No se si alguna vez han escuchado hablar del famoso juego para computadora de los años 90 llamado Monkey Island; Era un juego en el que un joven pirata o aspirante a el mismo, tenía que hacer viajes y solucionar secretos a base de viajes y conversaciones con personajes que uno encontraba en tiendas de ciudades, conversaba con piratas, fantasmas, su amada que siempre lo rechazaba aunque lo amaba, y andaba siempre bajo maldiciones budú, aunque una de sus mejores amigas era una negrita con acento cubano especialista en Budú. Un juego fantástico, e irrepetibles, que en la pequeña comunidad mundial se hizo (como casi todo en este mundo) objeto de culto. En el juego se ponía a prueba, durante los meses e incluso años que uno podía pasar soluiconandolo, la inteligencia a base de mucho humor bastante negro, aunque en ocasiones, era simplemente ridículo como en Lonkey 4 cuando el único barco que Gubrush puede alquilar es uno rosado horrible y afeminado,(ver imagen del puerto) que al final ese chiste que parece ridículo toma su propia explicación.
Y por que les comento de esto. Porque desde que desembarqué en Montpellier me siento un poco como el gran capitán Guybrush Treepwood (protagonista de la saga). Pasando pruebas a base de averiguaciones y convirtiendomé de a poco en un habitante de esta ciudad. Por ejemplo visitar la prefectura para sacar la carta de residencia y te piden un montón de requisitos, y cuando los tienes todo, el juego se te abre y ves las otras cosas que tienes que hacer. O cuando me compré una bici, y conocí nuevos lugares de la ciudad, o cuando saco una tarjeta de crédito y recién pude comprar un celular (Si alguien quiere llamarme, no tiene más que pedirme el número). En fin, montón de cosas que te llevan al paso siguiente. Cuando eres nuevo en una ciudad pues tienes que dedicar mucho tiempo no sólo a acostumbrarte, sino también al juego de los secretos que develar, las soluciones a múltiples conflictos que se te presentan, y todo rodeado por personajes que se hacen día a día más divertidos, y son fuente constante de información. Si a alguien les gusta este tipo de juegos, pues, nada más tiene que viajar lejos de su país y comenzar una vida nueva, le aseguro que lo pasará bárbaro.
Hoy di una clase por primera vez en Champollion de Lattes, estuvo muy divertido, y creo que los alumnos lo pasaron bien. Espero que las futuras clases tenga la misma suerte. Estoy cada vez en mejor estado físico gracias a la Bici, hago mas o menos 15 Km cada día.
La foto que tienen en este artículo, corresponde a la compra compulsiva que hice (como siempre) de la colección de los primeros 18 capítulos de los Transformers, por la módica suma de 8 euros 6DVDs, por supuesto originales, aunque lo compré en el mercado de las pulgas. Escriban pues compañeros, quiero saber mas de ustedes, que esto deje de ser un monólogo, para convertirse en un biólogo.