Acabo de poner un enlace a un artículo sobre blogs (algo básico) publicado en Los Tiempos hace una semana.
Tiempo de renovación, de refrescarse. Una cascada que cae e una montaña y nos da la sensación de que nuestra suciedad se va, el contraste calor afuera, agua fría, refrescarse pese a todo, como en esa foto en el Chapare cochabambino.
Tengo el pie torcido producto de mi afición testaruda e inutil pero apasionante al fútbol. Segunda torcedura del año, comienza a hacerse crónico el problema.
La Alianza Francesa comienza la contrucción de su nuevo edificio en una semana, una Alianza querida de la que no seré parte dentro de muy poco. Hace unos días renuncié a continuar los cursos en la Universidad Franz Tamayo. Todo porque al parecer se proyecta un nuevo viaje, esta vez de estudios y al parecer todo muy serio, muy distinto a la aventura Montpellierense, pero no por eso menos profunda. No quiero decir que este viaje me encuentra más maduro, creo que me encuentra más complejo, sin que eso sea bueno ni malo. En un mes el viaje, mes de despedidas y hasta prontos, también sin saber bien qué significa eso de despedirse y decir hasta pronto, nunca nos vamos y siempre nos vamos.
El cambio de aires siempre es bueno, al menos en mi caso.
Pronto más detalles sobre la ciudad que me recibirá he intentaré aprender a comprendera, al menos en algunas de sus facetas: Bruselas, mi Universidad: La Universidad Libre de Bruselas (www.ulb.be)
Volver a estudiar, eso es otro tipo de refresco, tal vez del cual estoy un poco fuera de práctica, atender clases, toamr notas, que raro, veremos como es eso a los 27 años.
Refrescarse, a los 27.