1 octobre 2007
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16:36
Me dibujo en esta estancia.
Otro personaje nace, un personaje dispuesto a aprender.
Un personaje que cuando habla en francés tiene una personalidad y castellano otra. Todo lo que nos rodea, cada una de nuestras actitudes, nos condiciona y nos dibuja, dibujo este personaje.
Puedo callar por muchas horas, tal vez hasta días, escuchar en clases sin opinar, salvo excepciones, analizando, tanteando el terreno aún, y siempre. Eso también lo hago en Cochabamba, eso también lo hacen todos mis personajes.
Empiezo a dibujar ritos de este nuevo personaje, su orden, sus preferencias, sus temas de conversación. Se dibuja ante los otros que nada conocen de él. Y él se dibuja ante sí mismo. Y en eso hay tantos que también soy yo.
- ¿De dónde vienes?
- De Bolivia.
- ¡Ah!, es linda Bogotá.
Sonrío, ,una confusión que pasa con facilidad Europa, ya ni si quiera me molesta, y explico con paciencia que no tenemos fronteras, el lago, la coca, el salar, Cochabamba, la chicha, "los duraznos de Cochabamba, La comida, la llajua, el cacho, los abrazos en cada esquina, el tiempo que no pasa y pasa. Los personajes impresentables y las esperanzas de cambio. El amor en cueca, el bailecito, la diablada, y con todo eso me dibujo otro personaje ante sus ojos, un personaje más profundo, y dejo más preguntas que respuestas. Me gusta dejar preguntas, y me gusta preguntar poco y inquietar en ese poco.
Llueve en Bruselas tanto o más de lo que decía Mitre, los estudiantes se abrigan con sus mochilas y cuadernos, los estudiantes se refugian en cafeterías ambulantes y en librerías en las que no compran nada. Llueve tanto en Bruselas que uno olvida que llueve, que cuando sale el sol todos se dan cuenta, que nadie busca una sombra al cruzar de acera, ni si quiera los abuelos, ni si quiera los caracoles. Quizás es simplemente la insistencia de la ciudad en renovarlo todo a cada instante. Tiene un centro histórico riquísimo en historia, lineas de servicio público antiguas y modernas, parques reales , un rey que nadie sabe bien qué hace, las noticias dicen que está angustiado con la posible separación de Bélgica en dos países. Pero a Bruselas no le importa y llueve y renueva y vive en medio de múltiples lenguas, y muchos fingen entenderse en francés y menos en holandés y a nadie le extraña el Ingles, y el español se lo escucha a diario, y no hablemos de árabe o indú. Bruselas no le importa y nadie siente verguenza de hablar su lengua en Bruselas. Bruselas se renueva.
- ¿Y tú de dónde vienes?
- De Francia, de Montpellier
- Algo me dice ese nombre, es en el sud ¿verdad?.
Y me encanta fingir por un momento que no conozco bien, y en mi mente salgo a comprar pan por La Place de la Comedie, y luego ver un partido de Ajedrez en L'esplanade, ver a mis alumnos en la Jean Jaures, y visitar a Marina en la Place Candole, y los sábados por la mañana comer con Gustavo en la Cantine Universitaire, y hartarme en las noches de Neufchatel, luego de la piscina, y los jueves visitar a José y Ana. Y tantas cosas cambian, y ni Gustavo y Marina están en Montpellier, pero siguen los partidos de Ajedrez en las tardes, y olor de Montpellier, y olor de enviar una carta verde a París, tantas cosas que pasan y se olvidan, y el mar, siempre el mar y su brisa en mayo.
- Sí, es en el sud, cerca al mediterraneo.
Ahora corre una brisa fría y camino con las manos en los bolsillos, a veces con sombrero, a veces sin, Bruselas desborda y me abriga con mis abrigos y con mi cuarto y con el recuentro conmigo mismo, y esta silueta esperando el bus en una noche blanca fría, también soy yo.
Otro personaje nace, un personaje dispuesto a aprender.
Un personaje que cuando habla en francés tiene una personalidad y castellano otra. Todo lo que nos rodea, cada una de nuestras actitudes, nos condiciona y nos dibuja, dibujo este personaje.
Puedo callar por muchas horas, tal vez hasta días, escuchar en clases sin opinar, salvo excepciones, analizando, tanteando el terreno aún, y siempre. Eso también lo hago en Cochabamba, eso también lo hacen todos mis personajes.
Empiezo a dibujar ritos de este nuevo personaje, su orden, sus preferencias, sus temas de conversación. Se dibuja ante los otros que nada conocen de él. Y él se dibuja ante sí mismo. Y en eso hay tantos que también soy yo.
- ¿De dónde vienes?
- De Bolivia.
- ¡Ah!, es linda Bogotá.
Sonrío, ,una confusión que pasa con facilidad Europa, ya ni si quiera me molesta, y explico con paciencia que no tenemos fronteras, el lago, la coca, el salar, Cochabamba, la chicha, "los duraznos de Cochabamba, La comida, la llajua, el cacho, los abrazos en cada esquina, el tiempo que no pasa y pasa. Los personajes impresentables y las esperanzas de cambio. El amor en cueca, el bailecito, la diablada, y con todo eso me dibujo otro personaje ante sus ojos, un personaje más profundo, y dejo más preguntas que respuestas. Me gusta dejar preguntas, y me gusta preguntar poco y inquietar en ese poco.
Llueve en Bruselas tanto o más de lo que decía Mitre, los estudiantes se abrigan con sus mochilas y cuadernos, los estudiantes se refugian en cafeterías ambulantes y en librerías en las que no compran nada. Llueve tanto en Bruselas que uno olvida que llueve, que cuando sale el sol todos se dan cuenta, que nadie busca una sombra al cruzar de acera, ni si quiera los abuelos, ni si quiera los caracoles. Quizás es simplemente la insistencia de la ciudad en renovarlo todo a cada instante. Tiene un centro histórico riquísimo en historia, lineas de servicio público antiguas y modernas, parques reales , un rey que nadie sabe bien qué hace, las noticias dicen que está angustiado con la posible separación de Bélgica en dos países. Pero a Bruselas no le importa y llueve y renueva y vive en medio de múltiples lenguas, y muchos fingen entenderse en francés y menos en holandés y a nadie le extraña el Ingles, y el español se lo escucha a diario, y no hablemos de árabe o indú. Bruselas no le importa y nadie siente verguenza de hablar su lengua en Bruselas. Bruselas se renueva.
- ¿Y tú de dónde vienes?
- De Francia, de Montpellier
- Algo me dice ese nombre, es en el sud ¿verdad?.
Y me encanta fingir por un momento que no conozco bien, y en mi mente salgo a comprar pan por La Place de la Comedie, y luego ver un partido de Ajedrez en L'esplanade, ver a mis alumnos en la Jean Jaures, y visitar a Marina en la Place Candole, y los sábados por la mañana comer con Gustavo en la Cantine Universitaire, y hartarme en las noches de Neufchatel, luego de la piscina, y los jueves visitar a José y Ana. Y tantas cosas cambian, y ni Gustavo y Marina están en Montpellier, pero siguen los partidos de Ajedrez en las tardes, y olor de Montpellier, y olor de enviar una carta verde a París, tantas cosas que pasan y se olvidan, y el mar, siempre el mar y su brisa en mayo.
- Sí, es en el sud, cerca al mediterraneo.
Ahora corre una brisa fría y camino con las manos en los bolsillos, a veces con sombrero, a veces sin, Bruselas desborda y me abriga con mis abrigos y con mi cuarto y con el recuentro conmigo mismo, y esta silueta esperando el bus en una noche blanca fría, también soy yo.