Hace ocho meses que ha sido mi hermano. Hace ocho meses que se levanta por las mañanas y con lagañas en los ojos me dice "tu est en forme", y entra al baño y puedo oir un largísimo chorro que supongo que es su orín acumulado durante largas horas de sueño. Es mi hermano Nico, cocinero de primera categoría, animado y gentil. Mañana a medio parte a medio día a reencontrar a Rocio, su novia con la que nunca vivió, ahora al menos viviran en la misma ciudad por primera vez, está contento, ya lo dije también. Yo estoy contento por él. Esta noche nos vamos a tomar un buen par de cervezas y hablar tranquilamente sobre nada, no me imagino una despedida con lágrimas, al contario, me imagino una despedida, con risas entrecortadas seguidas de silencios, y sentados quizás en las gradas de la Ilgesia de San Roque, esa iglesia donde hay dentro la estatua enorme de ese santo junto a su perro, y muy cerca la virgen maría y varios ángeles anónimos y volantes.
Me imagino que Nico va a estar bromista como siempre, y yo también. Este último mes y medio hemos sido aún mas hermanos que antes. Nos hemos dado cuenta y confirmado que somos gemelos, con la particularidad rara de ser de madres distintas, y lugares y fechas diferentes de nacimiento. Una rareza de caso en cuanto a gemelos, pero gemelos al fin. Uno blanco, pálido y churco. El otro moreno, bronceado y churco también. Me imagino el brazo final, la promesa del reencuentro, inundarnos de buenas intenciones, eso es lo que tanta falta nos hace a todos. Adiós a mi hermano Nico, seguramente lo volveré a ver, abrazado de Rocio quizás en Hamburgo, Montpellier o Cochabamba. Voya abrazar fuerte a Nico esta noche, voy a sentirme contento de esta persona que sigue su viaje.
"Marcharse es fácil: basta apretar los dientes, cerrar los ojos, decir "no volveré nunca. Marcharse es tan fácil como cerrar una puerta o no decir una palabra en el momento en que debimos pronunciarla, pero regresar a una ciudad es un difícil ejercicio en cuya culminación se alían el instinto de la memoria y la temeridad de quien se atreve al presente" Lo leí hoy en el Diario del Nautilius de Antonio Muñoz Molina. A quien quiera se lo leo completo luego, a alguien siempre molestaré con esta lectura, pienso en el Roco, en Leo.
Otras despedidas fueron con mis alumnos, con grupos que adoré y que también dicen que me extrañarán, aunque yo creo que se olvidarán rápido de ese su asistente que vino por un año. Y se preguntarán si venía de Bolivia o Colombia, que es tan fácil confundir para ellos. He abrazado a muchos, me han abrazado muchos. Siento que avanzo nada más, no sé bien a donde, pero avanzo. Espero buenas sopresas.
Ante ayer vi "Las bodas de fígaro" de Mozart, una ópera chitosisima y con música tal vez aún más divertida, se nota al tiro cuanto se divirtió Mozart cuando la compuso, muy fluida y natural.
Próxima semana es viajes, voy a ver a Adita en Bordeux, y luego a Nates a Gaby, Dania, Noelie y Melanie. De ahi no estoy muy seguro a donde voy, por el 2 de mayo andaré por Grenoble donde veo a Vale. En el interín quzás vaya a Marsella y pase por Paris antes, o quizás Orleans, hay tanta gente que ver y ya se va el tiempo. Yo sigo prometiendo volver y a veces no me creo, y a veces si. Cuantas mezclas de emociones, creo que lo importante es la sensación de intensidad.
He adherido al album "Molinos y encuentros" algunas fotos de est última semana, un par del viaje a La Costa Azul y tonteras.
Abrazos